TDA vs TDAH: Lo que necesitas saber
En el ámbito de la neurodiversidad, dos términos a menudo se confunden y se utilizan indistintamente: el Trastorno por Déficit de Atención (TDA) y el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Si bien comparten una raíz común en la disfunción de la atención, es crucial comprender sus particularidades para un diagnóstico preciso y, lo que es más importante, para brindar el apoyo adecuado a los niños que viven con estas condiciones. Le invitamos a explorar sus características distintivas, cómo se diferencian y, finalmente, conocer algunas recomendaciones prácticas para fomentar un entorno de convivencia armonioso y propicio para el desarrollo de los niños afectados.
¿Qué es el TDA (Trastorno por Déficit de Atención)?
Tradicionalmente, el TDA se refería a una presentación del trastorno de atención que se caracterizaba predominantemente por la falta de atención. En el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), la terminología ha evolucionado, y lo que antes se conocía como TDA ahora se clasifica como TDAH con presentación predominantemente inatenta. A pesar del cambio de nomenclatura, la esencia del TDA se mantiene, indicando que los niños con esta condición luchan principalmente con la capacidad de mantener la concentración, seguir instrucciones, organizar tareas y recordar detalles.
Las características clave de la presentación predominantemente inatenta, incluyen.
- Dificultad para prestar atención, también pueden cometer errores por descuido. Esto se manifiesta en tareas escolares, deberes o actividades cotidianas.
- Problemas para mantener la atención en tareas o juegos. Se distraen fácilmente con estímulos irrelevantes.
- Da la impresión de que no escuchan cuando se les habla directamente. Su mente divaga incluso en conversaciones uno a uno.
- No seguir instrucciones y no terminar tareas o deberes. Comienzan actividades, pero no las concluyen.
- Dificultad para organizar tareas y actividades. Sus pertenencias, trabajos y tiempos suelen ser un caos.
- Evitar o mostrar aversión a tareas que requieren esfuerzo mental sostenido. Como la lectura prolongada o problemas de matemáticas complejos.
- Extraviar objetos necesarios para tareas o actividades. Juguetes, lápices, libros, etc.
- Fácilmente distraídos por estímulos externos. Cualquier sonido o movimiento los saca de su concentración.
- Olvidadizos en las actividades diarias. Olvidan citas, fechas límite o lo que se les pidió hace poco.
Es importante destacar que los niños con TDA (presentación inatenta) a menudo pasan desapercibidos porque su comportamiento no es disruptivo. Pueden ser vistos como soñadores o despistados, lo que retrasa el diagnóstico y el apoyo necesario.
¿Qué es el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad)?
El TDAH es un trastorno, que se caracteriza por la persistente inatención y/o hiperactividad-impulsividad que afecta o influye de manera negativa, en el funcionamiento o el desarrollo de quien lo presenta. A diferencia de la presentación inatenta, el TDAH incorpora la dimensión de la hiperactividad e impulsividad, lo que lo hace más evidente en muchos casos debido a las manifestaciones conductuales.
El DSM-5 reconoce tres presentaciones principales del TDAH:
- Presentación predominantemente inatenta. Presenta las características descritas anteriormente, es decir, lo que antes se conocía como TDA.
- Presentación predominantemente hiperactiva/impulsiva. Se caracteriza principalmente por.
- Inquietud o nerviosismo. Mover las manos o los pies, retorcerse en el asiento.
- Abandonar el asiento en situaciones en las que se espera que permanezca sentado. Por ejemplo, en el aula, en la mesa.
- Correr o trepar excesivamente en situaciones inapropiadas. Especialmente en entornos donde no se permite.
- Incapacidad para jugar o participar en actividades de ocio tranquilamente.
- Hablar en exceso. Esto incluye el responder antes de que se haya terminado la pregunta (impulsividad verbal) y la dificultad para esperar su turno.
- Interrumpir o inmiscuirse en los juegos o conversaciones de otros.
- Presentación combinada. Es la más común y presenta síntomas tanto de inatención como de hiperactividad-impulsividad. Los niños con esta presentación exhiben un patrón equilibrado de dificultades en ambas áreas.
¿Cómo se diferencian el TDA y el TDAH?
La principal diferencia radica en la presencia o ausencia predominante de la hiperactividad e impulsividad.
TDA (TDAH, presentación inatenta). Se enfoca en las dificultades atencionales. Los niños pueden ser tranquilos, soñadores y olvidadizos, pero no necesariamente inquietos o disruptivos. Su lucha es interna, en la organización de sus pensamientos y acciones.
TDAH (presentación hiperactiva/impulsiva o combinada). Incluye la inatención, pero se le suma un componente motor y de control de impulsos. Estos niños son a menudo inquietos, enérgicos, impacientes y pueden tener dificultades para controlar sus reacciones y comportamientos.
Es crucial entender que ambos son parte del mismo espectro de trastornos por déficit de atención. La distinción es importante para el diagnóstico, ya que la presentación de síntomas influye en la evaluación y en las estrategias de intervención más adecuadas. Un niño con TDA (inatento) podría beneficiarse más de técnicas para mejorar la organización y la gestión del tiempo, mientras que un niño con TDAH hiperactivo podría necesitar estrategias para canalizar su energía y desarrollar el autocontrol.
Recomendaciones para facilitar la convivencia con niños con TDA/TDAH
La convivencia con un niño con TDA o TDAH puede ser un desafío para muchas familias y docentes, pero con comprensión, paciencia y estrategias adecuadas, se puede crear un ambiente que fomente su desarrollo y bienestar.
Educación y comprensión
- Infórmate. Aprende todo lo que puedas sobre el TDA/TDAH. Cuanto más comprendas la condición, mejor podrás responder a sus necesidades.
- Acepta la condición. Entiende que no es falta de voluntad o mala educación, sino una diferencia neurológica.
- Comunica a la familia y educadores. Asegúrate de que todos los adultos que interactúan con el niño comprendan la condición y trabajen juntos.
Estructura y rutinas
- Establece rutinas claras. Los niños con TDA/TDAH prosperan con la predictibilidad. Horarios fijos para levantarse, comer, hacer la tarea, jugar y dormir son esenciales.
- Organiza el entorno. Un espacio ordenado y libre de distracciones, especialmente para tareas y estudios, es fundamental. Utiliza organizadores, etiquetas y cestas.
- Divide las tareas grandes. Desglosa las tareas complejas en pasos más pequeños y manejables para evitar la sobrecarga.
Comunicación clara y consistente
- Instrucciones cortas y concisas. Evita oraciones largas y complejas. Habla directamente y haz contacto visual.
- Repite y verifica la comprensión. Pídele al niño que repita lo que le has dicho para asegurarte de que lo ha entendido.
- Utiliza ayudas visuales. Horarios visuales, listas de verificación y recordatorios pueden ser muy efectivos.
- Sé positivo y refuerza el buen comportamiento. Elogia los esfuerzos y los logros, por pequeños que sean.
Manejo de la hiperactividad e impulsividad (para TDAH)
- Ofrece oportunidades para liberar energía. Actividades físicas, juegos al aire libre, deportes son cruciales.
- Permite breaks Pequeños descansos para moverse durante tareas que requieren estar sentado.
- Enseña estrategias de autocontrol. Técnicas como contar hasta diez, respiración profunda o el semáforo para pensar antes de actuar.
- Ignora comportamientos menores de búsqueda de atención. Refuerza los comportamientos positivos.
Apoyo emocional y social
- Fomenta la autoestima. Los niños con TDA/TDAH a menudo experimentan frustración y fracaso, lo que puede afectar su autoestima. Resalta sus fortalezas y talentos.
- Enséñale habilidades sociales. Ayúdales a entender las señales sociales, a esperar su turno y a resolver conflictos de manera apropiada.
- Establece límites claros y consecuencias lógicas. Sé consistente y justo en la aplicación de las normas.
- Busca grupos de apoyo. Conectarse con otras familias que enfrentan desafíos similares puede ser muy beneficioso.
Colaboración con profesionales
- Busca diagnóstico y tratamiento profesional. Un pediatra, neurólogo infantil o psiquiatra infantil puede confirmar el diagnóstico y recomendar un plan de tratamiento, que puede incluir terapia conductual, medicación (si es necesaria y bajo supervisión médica) o ambas.
- Trabaja con la escuela. Desarrolla un Plan Educativo Individualizado (PEI) si es posible, con adaptaciones y apoyos específicos para el niño.
El TDA y el TDAH, en sus diversas presentaciones, son condiciones que impactan la vida de los niños y sus familias. Comprender sus características distintivas, la diferencia entre la inatención predominante y la combinación con hiperactividad/impulsividad, es el primer paso para ofrecer un apoyo efectivo. Al implementar estrategias de estructuración, comunicación clara, manejo conductual y apoyo emocional, las familias, educadores y cuidadores pueden crear un ambiente que no solo facilite la convivencia, sino que también empodere a estos niños para desarrollar su máximo potencial. La paciencia, el amor y la persistencia son las claves para navegar este camino y ver florecer a estos niños únicos.
Fuentes:
- American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-5). American Psychiatric Publishing.
- Barkley, R. A. (2015). Attention-Deficit Hyperactivity Disorder: A Handbook for Diagnosis and Treatment (4th ed.). Guilford Press.
- DuPaul, G. J., & Stoner, G. (2003). ADHD in the Schools: Assessment and Intervention Strategies (2nd ed.). Guilford Press.
- National Institute of Mental Health (NIMH). (2023). Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder (ADHD). Disponible en: https://www.nimh.nih.gov/health/topics/attention-deficit-hyperactivity-disorder-adhd.